viernes, 17 de marzo de 2017

PROHIBIMOS LLORAR PORQUE HAY BUEN TIEMPO ESTE MEDIODÍA

Es muy cómodo decirlo con la ansiedad que se trae del otro lado de la luna.
Todo esto es triste porque las manos temen al silencio
ahora que el milagro parece lanzarse
y nadie aguarda para contar esta fábula.

Yo, hermano de ustedes,
he vuelto por los signos
y descubro un mundo olvidado de ser mundo.
Recuerdo que el primer día me asomé
al hombre que tendía su mano
tuvo suspiros de aeronauta
y fue su paracaídas eco de sirenas.
El segundo hubo un poco de calma,
luego encontré un pájaro desconocido.
Es la fiebre de la desesperanza,
no más que el tiempo de mis años.
Mi padre tenía cabellos con olor a puerto
dejó tantas historias por contar
que casi se vuelve loco.
Mi madre pastaba el rocío a falta de condimentos
organizando sus cosas por los puntos cardinales.
Así crucé la adolescencia,
Entre colecciones de estrellas para no quedarme ciego
y hoy donde desclavo alguna
encuentro campanarios vacíos.
Cuántas veces me pregunto si esto no es nostalgia
el pueblo, sus calles
el amor siempre armando una catástrofe,
un verso que se exprime hasta el alma
Y la lluvia tenaz,
hecha un sermón
desangrándose por los cristales rotos.
Una verdad inventa razones nuevas.
Esta historia tiene más de mil años,
sus palabras las guarda un mundo que no ha llegado nunca.
Allá el cuartucho de los herreros
una verja llena de gritos
el reloj flagelándose a cada hora
y Gabriela,
una muchacha de provincia
cómplice del último aguacero.
Pensar que le devoré un pedazo de vida
con las verdades en la palma de la mano.
Misterio. Vertical goce de pájaros breves.
Ya los veleros agitan sus pañuelos.
No es que huya
si no la danza del pez.
Quizá nunca encuentre otra estrella.
La felicidad puede tener un par de alas azules
y hay que dejarle todo o se vuelve hastío.
Dime destino, qué es huir
sin renunciar al más íntimo secreto
si soy insomnio
temo despertar y enfrentarme
a ese correr de caballos por el pecho.
Es como si revoloteara la luz
que se quiebra en este después y no otro
porque para un corazón aferrado
no basta una máscara
ni dos razones,
sólo la distancia
separándonos
como si no sucediese nada.

DEL POEMARIO "PALABRAS DEL BALSERO", 2007
PADRENUESTRO EN EL EXILIO

Patria nuestra que estás tan lejos
martirizada
no solo en ese rincón del mapa
donde un soplo huracanado te borre
manoseada por tantos sin escrúpulos,
sino lejos de la borrasca del recuerdo.

La historia se narra con crímenes
de guerras y prevaricaciones
por los hijos malparidos,
venganza entre hermanos
y vecinos en tu nombre.
Tantos muertos.

Los que por voluntad nos dispersamos de tu reino
nunca olvidaremos las venas de tus calles.
Nos pusiste nuestro pan bajo el brazo
y salimos a sembrar nuevas tierras.
Las olas generacionales huyen de ti
y como aves en invierno, volveremos a tus costas
con otros rostros y otras huellas,
no lo dudes, volveremos.

Perdona el precio de la felicidad
como nosotros perdonamos
quienes nos ultrajaron
y quemaron nuestro sueño.
Aquí tejemos el mestizaje entre pueblos
en una sola bandera y como voz un único himno.
Agua materna, no somos hijos mal avenidos
y perdónanos por siempre. Amén.

Del poemario "Los puentes que dejamos al pasar"
EXILIOS

                     En el 75 aniversario de la muerte de Antonio Machado

Tu exilio no es solo tuyo, es el dolor
de todos los amantes de la poesía.
Poesía bebida en ese arcoíris
donde frenéticamente nos dejas marcado.
Lejos de encinares y limoneros te fuiste
camino adelante, haciendo camino.
El exilio nunca ha sido voluntario.
Lo sabemos. Por eso marchamos
en busca de una luz que nos cobije.
Más allá de ideologías siempre estará el poeta.
Hablemos, pues, por los otros,
por aquellos
que desconocen las palabras necesarias,
la palabra precisa
y quedan, apenas, balbuceando.


Del poemario "Los puentes que dejamos al pasar"
LA BALADA DEL ESTRECHO

No hay que estar demente para tirar los hijos al mar.
Esas alas de criatura, pobrecitos,
barcos que van y vuelven y van
y extravían en círculos la espera
sin saberse libres de cautividad.
Nadie comprende el sacrificio de vivir
con las trampas intactas
y levantarse donde los pinos
inventan su mito y la música vieja.
De amigos que se ocultan y se privan
y alguna vez recuerdan
dónde removimos luces sedientas.
Historias de antes, de siempre
de pequeños, de toda una vida.
Ahora que ya no quedan refugios,
ni insectos jugando a las escondidas.
Levanto la mano derecha sin pedir la palabra
para romper el dolor del hombre y hacerlo mío.
Tal vez haya algo, pero nunca sabremos
cómo será el fin del eterno cielo
sobre un pueblo, gramo de simiente,
ripio cansado de esperar.
Somos el sonido de las aguas acumuladas
donde entona una balada a lo lejos
las maneras de estrechar otros cuerpos.
Y ofrendamos nombres a los náufragos cotidianos
tan frágiles para que suenen sobre todas las cosas
perdidos entre los pasos de nuestro tiempo
sin el ángel de la tregua.
El límite atemoriza por este estrecho interminable
y enloquece algo la historia
hasta el fin de los exilios.


Antología El balsero. Editorial Entre líneas. USA.
DESARRAIGO

Cada vez que me acerco al sur, los sábados
me saben tan vacíos sin tus pies
desnudos por todo el bosque de mi pecho.
Sin tu pelo de peces entre mis manos
de corales tibios, mediodías
y pequeñas naturalezas muertas.
Si pudiera apagar el sol
y que todo se vuelva como antes.
Mira con mis brazos
hasta puedo atrapar la vida.
He sido dueño del océano.
He calmado la sed desde lo profundo de un acantilado
y me detengo en medio de unas ganas locas
porque la vida me estalla como la risa de un niño.
Será bueno detener los recuerdos.
Familias enteras columpiándose.
Calles desiertas sin arrepentirse
O los cuentos extendidos por la playa.
Los lirios de la abuela.
De un amigo.
De allá.


Del poemario Palabras del balsero, 2007.
NOTICIA PRIMERA

¡Charlot, si le dieras un zapatazo al mundo...!
Si de repente alzara vuelo la noche desde el estómago del mar
pero continúa hipnotizado aquí en mis pulmones
donde vienen a beber los pájaros.
O si de repente alzara vuelo el mar desde mis pulmones
como una paloma más
y la noche se ahuyentara dejándome sin nada.
O si fuera esa peregrinación de banderas desatadas
hasta la altura de un cañonazo que se encoge de hombros
hablara ecos
alimentara el clima de recuerdos
rezara el orgullo de cien naufragios
y me visitara la Virgen María.
Si el mundo como todo el mundo fuera mundo
y no esa pompa que cambia de dueño..
.
Del poemario PALABRAS DEL BALSERO, 2007
LAS CALLES DEL PUEBLO

Todas las calles de mi pueblo
tienen ese raro contraste
entre una cara feliz
y una espalda muy triste.
Una tristeza amarga, profunda
con todas las cuchilladas
que le hemos dado
cada uno
cuando la abandonamos.


DEL POEMARIO "LOS PUENTES QUE DEJAMOS AL PASAR"
LA PUERTA

Una puerta no es una boca
ni la ventana abierta al mundo.
Nadie la abre para ir de muerte
ni con cerrarla te olvidas de todo.
Por ella entra algún amigo
tan solo un instante de tu vida.
Hallar una puerta no es el milagro,
solo un accidente en el muro.


DEL POEMARIO "LOS PUENTES QUE DEJAMOS AL PASAR"
MARILYN

Yo, Thomas Noguchi, médico forense
cotizado por gladiadores del Universo
ante este semidiós de la mitología contemporánea
desnuda sobre una mesa fría común a todos los muertos
declaro:
Norma Jean Baker. Treinta y seis años
ciento diecisiete libras
con estómago limpio de barbitúricos
y útero tamaño natural sin temores
amado desde los nueve años
por un padrastro innoble
hasta el presidente más poderoso
por supuesto nombrado y respetable John F. Kennedy
precipitada a la confianza
burlando vértigos y lluvias
ingenua, cosmetómana, narcisista
torpe frente a la soledad
indisciplinada y maravillosa
perdida en alguna grieta bastarda
ebria de autógrafos y tranquilizantes
con casi kilogramo y medio de cerebro
pulmón derecho pesando cuatrocientos sesenta y cinco gramos
y corazón deseado por millones de hombres
tuvo de todo, menos la vida.
Ella que soñó reinar desnuda
entre aplausos en alguna iglesia
hoy soy su público
y la poseo sin fotógrafos.

Declaro:
Caso forense No. 81128
fue asesinada
por sus fieles admiradores.
Apaguen reflectores. Ha muerto la reina.
Del poemario Palabras del balsero, 2007
De la antología homenaje a Lorca, publicada en Madrid, en 2013

HAMBRE

Tierra tan solo, Tierra*
sostén por esos imaginarios rumbos
del destino o la suerte. Amarga, estéril.
Cuando uno está hambriento aprieta los dientes.

Rechina de impotencia su caudalosa cicatriz
por no masticar los motivos aparentes.
Pregúntale al que estrelló sus cruzadas
a bocajarro contra los cartones en la acera.
No siente nada más, sólo siente
hambre tan solo. Hambre.
Y se miente. Y se rompe los nudos hurgando entre las horas
sin esperanza ni azar.
Los sueños quedados por cumplir
de la infancia y aquellos amados momentos.

Este mundo está falto de eso
más fuerte que el olvido.
Amor tan sólo. Amor.

*Federico García Lorca

ABRA DE PANES Y PECES


En medio del mar embravecido de las redes sociales, se muestran pléyades de poetas advenedizos como sirenas o en grupos de argonautas escribiendo poesía donde predomina el recurrente tema de amor-desamor, sin ir al mismo fondo de la palabra y verter su contenido para el aprendizaje de todos, sin apenas distinguir un autor de otro. Como dijera el poeta venezolano Rafael Cadenas: “¡Cómo no va a estar en baja la poesía si la lengua se encuentra en la mayor penuria de su historia!”, haciendo caso omiso a los que hacen historia, como Jaime Sabines cuando afirma : “El poeta es el testigo del hombre”.
Igualmente vemos aparecer nuevas casas editoriales como islas mitológicas por cualquier esquina del planeta, interesadas solamente en incrementar su producción mercantil y no en la calidad del texto.  Ya lo dijo Kafka: “Un libro tiene que ser el hacha para el mar helado que hay en nosotros”. 
Hace apenas unas semanas ha salido a combatir al ruedo una antología donde habitan siete poetas oriundos de ambos lados del Atlántico, con el factor común del verso de carácter social, profundo y a veces difícil, capaz de mover las grandes rocas inertes de la producción actual. En palabras de Jean Cocteau: “Desde Baudelaire, el público ha comprendido, poco a poco, que la poesía es uno de los medios más insolentes de decir la verdad”. 
Los siete poetas reunidos en esta obra, muestran en esta ensenada sus mejores panes y más nutritivos peces, donde todo el libro aparece como una unidad estilística,  compartiendo la similitud de escribir con cierta tendencia al narrativismo, entre la influencia de la literatura norteamericana y otros poetas hispanoamericanos, como aborda en el prólogo, el poeta y licenciado en Filología en Lengua Hispánica y uno de los poetas canarios más destacados en la actualidad, Antonio Arroyo Silva, nacido en Santa Cruz de La Palma y actualmente radicado en Gran Canaria: “El efecto que los poemas de cada uno de los poetas recogidos en este volumen proporcionarán al conjunto, independientemente de las individualidades que lo constituyan. Independientemente del país de procedencia: ver la poesía como un constante exilio. O su envés de esperanza: ver un mundo sin fronteras”.  
Es un lujo beber en un solo volumen a poetas de la talla internacional como: 
Juan Carlos Mestre: poeta, pintor y ceramista. Para muchos, el mejor poeta español en la actualidad. Muy reclamada su presencia  en festivales internacionales y ferias de libro en España y América Latina. Su obra abarca numerosos libros de poesía y ensayo en varios países. Ampliamente premiado, entre los que destacan: Premio Nacional de Poesía (2008), Premio de la Crítica (2012), Premio Adonais (1985), Premio Jaime Gil de Biedma (1992) o Premio Jaén de Poesía (1999). 
André Cruchaga: de El Salvador, uno de los grandes poetas latinoamericanos, muy respetado por los expertos, con estilo muy personal y una producción de diecisiete libros hasta el momento, ampliamente traducido a varios idiomas y publicado en varios países. 
Claudio de Jesús Lahaba: una de las voces más respetadas de la joven poesía del exilio cubana en Estados Unidos. Redactor, colaborador y editor. Tiene varias publicaciones. 
Héctor Berenguer: de Argentina. Poeta de larga trayectoria. Aparece publicado en varias antologías en Francia, España, Argentina, México y Estados Unidos.
Arlen Regueiro Mas: de Cuba. Joven poeta, narrador y dramaturgo. Entre sus premios más destacados se encuentran el Premio Internacional de Poesía Nicolás Guillén, en México y el Premio Internacional de Poesía Juan Alcaide, en España. Su obra aparece también en varias antologías publicadas en México, Venezuela, España y Cuba. 
Eduardo Vladimir Fernández: cubano radicado en Costa Rica. Investigador, ensayista y poeta. Master of Arts en Filosofía (Universidad Estatal de Moscú Mijaíl Lomonósov, antigua Unión Soviética, 1986). 
Juan Calero Rodríguez: autor, redactor y compilador de esta antología. Radicado en San Andrés y Sauces, con ocho títulos publicados, aparece en una veintena de antologías y compartidos en Argentina, Chile, Estados Unidos y España. Ha recibido varias distinciones de diversa categoría en Estados Unidos, Cuba, España y Chile. Actualmente prepara un libro de investigación sobre la vida y obra de un gran poeta palmero, digno homenaje para rescatarlo antes de que caiga en el olvido. 
Como dijera el poeta sirio Adonis: “La poesía de hoy intenta explicar el mundo actual, que amamos, que creamos y en el que creemos. Es un espacio de libertad para expresar belleza. No hay diferencia entre poesía y poesía, sino diferencia entre poeta y poeta”.
DESAYUNO SIN DIAMANTES

                                        A Manuel Díaz Martínez, poeta (en el día de sus 80 cumpleaños)

Para desayunar frente a un cuerpo muerto y desnudo
no hace falta ser héroe o parte de esa historia.
Solo cuenta que estás ahí en el papel de celador
sin más remedio.
Hurgar a donde vuelan los fantasmas
no es ningún escape de la realidad
sino la propia faena del barro.
Comienzas a meditar que nada es tan exacto
como nos enseñaron en la escuela.
Que las integrales fueron garabatos para no pensar
en cosas más importantes.
Que es puro cuento aprender las conjugaciones del verbo
cuando tienes un cuerpo delante y poco importa verlo desnudo.
Y comprendes lo cruel que has sido
porque te mira fijamente
y no le brindas ni una taza de café caliente.


LA AVELLANEDA Y CANARIAS


Tanto Cuba como España hace más de cien años han estado reclamando como suya la destacada figura de la novela, teatro y  poesía del romanticismo hispanoamericano Gertrudis Gómez de Avellaneda, precursora de la novela hispanoamericana y del feminismo en España. 
Se acostumbra a encasillar a toda personalidad destacada, ya sea artística, política o en cualquier otra esfera, por su lugar de nacimiento, independientemente dónde haya desarrollado su obra. Nadie escoge el lugar y situación socio económica para nacer, pero sí donde trabajar su profesión. Por ello no tienen por qué estar relacionada la una con la otra. 
La Avellaneda, nació el 23 de marzo de 1814 en la antigua Santa María de Puerto Príncipe, hoy Camagüey, Cuba, entonces colonia española, con ascendentes por la parte paterna, de Sevilla y por la parte materna de la isla canaria de Lanzarote y el actual País Vasco. 
Emigra con su familia a España cuando contaba veintidós años. Al comienzo de este viaje compuso uno de sus más conocidos poemas, el soneto Al partir una composición antológica por excelencia, marcada por el desgarramiento existencial y que encabezará su producción en el futuro. Primeramente se establecieron y es donde emerge como poetisa escribiendo sus primeras composiciones en La Coruña. A pesar del ambiente discrepante que vivió, mantiene una relación amorosa con el hijo del capitán general de Galicia, pero el noviazgo se rompe porque el joven no consideró oportuno que su novia se dedicara a escribir poesías. De La Coruña pasó, junto a su hermano Manuel Gómez de Avellaneda, a Sevilla. En la capital andaluza comienza una serie de publicaciones firmadas con el seudónimo La Peregrina, por donde comenzó a ser reconocida y estrena en Sevilla su primer drama Leoncia, en 1840.  Al año siguiente publica su primera colección de versos, bajo el título Poesías, donde aparece su soneto Al partir
En el Liceo Artístico de Madrid leía sus poemas con gran éxito, la prensa se ocupaba de su trabajo literario y de sus obras de teatro, mientras comienza a relacionarse con el mundo de la cultura y las artes. Entre sus seguidores y amistades literarias se encuentran el laureado Manuel Quintana (1772-1857) —a quien Isabel II coronó como poeta insigne en 1855, acto en que Avellaneda leyó una oda—, José Espronceda (1808-1842), Juan Nicasio Gallego (1777-1857) y otros que se convirtieron en sus protectores y amigos. Se dice que ante la marcada personalidad de la poeta, Manuel Bretón de los Herreros (1796-1873) pronunció el comentario ¡Es mucho hombre esta mujer!, un auténtico piropo en aquellos años, a pesar de su sesgo machista. 
Los biógrafos de Gertrudis Gómez de Avellaneda nos descubren a una mujer de amores muy profundos, sangrantes y apasionados y sin miramientos de los decires pueblerinos. Su entorno familiar tampoco le fue favorable; se cuenta, por ejemplo, que su padrastro «la acusaba de atea por leer a Rousseau y señorita sabihonda». Entre esos amores profundos y dolorosos se encuentra Ignacio de Cepeda y Alcalde en 1839. A este gran amor le dedica poemas y cartas apasionadas, mientras Cepeda le mostraba una marcada indiferencia amorosa. 
En 1844 conoce al poeta sevillano Gabriel García Tassara (1817-1875) del cual queda embarazada pasando a engrosar el difícil elenco  de madres solteras de mediados del diecinueve. En 1845 nace su hija María, que ella llama Brenhilde, quien fallece a los seis meses. De nuevo, dolor y desesperación se apoderan de la vida de la escritora. Pese a los ruegos de la joven, el padre de la niña se niega a conocerla, aún a sabiendas de que llegaba su final. 
Aún con toda esta vida cargada de sinsabores, la pluma de Tula no cesaba de escribir poesía y novelas. Entre sus obras más conocidas merecen citarse la primera obra antiesclavista y escrita por una mujer Sab (1841), Dos mujeres (1842-1843), obra donde defiende el divorcio como solución en una relación no deseada. La obra de corte social Espatolino (1844), donde denuncia la situación en que se encuentra el sistema penitenciario de entonces. y Guatimozín (1845). Tula también abarcó artículos sobre costumbres y leyendas: La dama de gran tono (1843) y La baronesa de Joux (1844). En 1844 estrena dos dramas: Alfonso Munio, con un triunfo apoteósico y El príncipe de Viana; dos años después, Egilona. En 1845 figuró entre los escritores de mayor renombre de su época, convirtiéndose en la mujer más importante de Madrid, después de Isabel II. 
En mayo 1846 se casa con Pedro Sabater, Gobernador Civil de Madrid, aquejado de una enfermedad, muriendo tres meses después. A raíz de ello, se inclina hacia la religión católica, reflejándolo en su obra y publica Manual del cristiano y dos elegías que se cuenta entre lo más destacado de su producción poética. 
Entre los años 1849 y 1853 pone sobre los escenarios españoles siete obras dramáticas: Saúl (1849), Flavio Recadero (1851), La verdad vence apariencias (1852), Errores del corazón (1852), El donativo del diablo (1852), La hija de las flores (1852) y La aventurera (1853). 
En este último año sus amigos y admiradores la proponen para ocupar un sillón en la Real Academia Española, pero las puertas se le cierran no por su valía literaria sino por su condición de mujer, convirtiéndose en la primera, de la historia española propuesta para ser académica (habrá que esperar hasta 1978 para ver efectivo el ingreso de Carmen Conde). En 1864 Gertrudis responde ante esta fragante discriminación de la manera más elegante que uno pudiera imaginarse, pues dona a la institución, por disposición testamentaria, la propiedad de su obra literaria, dejando constancia de que lo hace en testimonio de aprecio, y ruega a los académicos disculpasen las ligerezas en que pudo incurrir cuando se negaron a admitir a ningún individuo de mi sexo. 
Es más que probable que doña Gertrudis conociera a don Domingo Verdugo y Massieu durante los meses de febrero, marzo y abril de 1853 cuando se representó la obra El donativo del diablo, en el teatro de Santa Cruz de Tenerife, tras exitoso estreno en Madrid. 
Perteneció Domingo Verdugo y Massieu a una familia de viejo abolengo de Canarias, destacando muchos de sus miembros en el arte y la literatura, así como en la vida castrense y religiosa. 
Sus hermanos; Federico, fue director del Museo de Artillería de Madrid, un gran amante de la flora y académico de número de Real Academia Canaria de Bellas Artes San Miguel Arcángel y fue padre del conocido escritor y poeta Manuel Verdugo y Bartlett y del pintor Felipe Verdugo Bartlett. Su segundo hermano Pedro, un destacado militar y Santiago, también militar, diputado a Cortes por el distrito de La Palma y Alcalde de Garafía. 
La familia Verdugo y Massieu mantuvo durante generaciones una relación directa con La Palma y especialmente con Los Llanos de Aridane. Aún hoy, la toponimia local recuerda el apellido Verdugo a una de sus zonas plataneras más destacadas, conocida por Hoyo de Verdugo. 
Don Domingo Verdugo, nacido el 2 de agosto de 1819 en Santa Cruz de Tenerife, ingresa en la Academia Provincial de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife (hoy Real Academia Canaria de Bellas Artes San Miguel Arcángel) en 1851, en calidad de Académico Honorario y en 1852 figura como secretario de la Diputación Provincial y de la Junta de Comercio y al año siguiente era presidente de la privada Sociedad de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, mientras se preparaba para dar el salto a la política nacional.
Militar de carrera, Coronel de Artillería y Caballería, fue diputado a Cortes por la isla de La Palma en las legislaturas 1853-1854 y 1857-1858, y por Albacete en las de 1858-1860, 1860-1861 y 1861-1862. Fue gentilhombre de cámara de la Reina Isabel II y Ayudante de Campo del rey consorte, caballero comendador de las órdenes de Isabel la Católica, de Carlos III y de San Hermenegildo, condecorado con la cruz de San Fernando. En sus ratos libres mostró interés por el arte y particularmente por la poesía y la pintura.
Su vida política está llena de intervenciones tendentes a lograr mejoras materiales para las Islas. Dado es su apego a La Palma, su isla predilecta, que lleva a error a la prensa denominarlo como palmero de nacimiento. Error que se sigue cometiendo hasta hoy día. 
La boda Verdugo Massieu–Gómez de Avellaneda fue en Palacio el 25 de abril de 1855 y sus padrinos fueron los reyes. 
Durante los años de matrimonio, La Avellaneda, estrena Simpatías y antipatías (1855), La hija del rey René (1855), Oráculo y Talía o los duendes de palacio (1855), Los tres amores (1858) y Baltasar (1858), según sus biógrafos, una de sus mejores obras dramáticas.
Don Verdugo Massieu sufrió en Madrid un grave atentado (dos estocadas por la espalda) en 1858, que condicionaría el resto de su existencia. Fue destinado a Cuba, cuyo clima sería más beneficioso para soportar las secuelas de tal percance.
La escritora es agasajada en su tierra natal después de veintitrés años después de su partida y proclamada como Poetisa Nacional. El famoso periódico cubano Diario de la Marina publica unos de sus más conocidos versos, Saludo a Cuba, que reproduce la prensa de Canarias, como El eco del comercio (18 de marzo de 1860):
¡Perla del mar ¡Cuba hermosa!                                                                                          después de ausencia tan larga                                                                                                       que por más de cuatro lustros                                                                                                   conté sus horas infaustas.
En Cuba, el militar ejerció el cargo de teniente gobernador político y militar en Cárdenas, donde promovió y edificó el primer monumento que se le hizo a Cristóbal Colón, así como un hospital de caridad. Con las mismas funciones fue destinado a Pinar del Río, donde fallece el 28 de octubre de 1863. 
Gertrudis Gómez de Avellaneda lo amó con el tipo de amor por amistad, de respeto y admiración, no ya por exceso de potencia que pide dilación, sino más bien por necesidad de complemento. Era el hombre a la altura de su dignidad, de sus intereses, de su femineidad, independencia de carácter, su afectuosa naturaleza y su talento. 
La Avellaneda da fe de su especial reconocimiento a la tierra de su marido en uno de sus testamentos: 
«Lego, en el caso de que ocurra mi muerte en la isla de Cuba, quinientos duros al Hospital de Caridad de Cárdenas, fundado por mi marido Verdugo. [...] Lego a los hermanos de mi marido, Don Domingo Verdugo, que me sobrevivan, todos los bienes que dicho mi esposo posee en las Islas Canarias, así como los procedentes de su herencia paterna y materna como los adquiridos por él. [...] Al hermano mayor de Verdugo la rica bandeja y costosa escribanía de plata regalada al difunto por la Villa de Cárdenas, que no se deshaga de ella y quede en familia por herencia».  
El amor que profesó a su marido lo expande la Avellaneda en su poema A vista del Niágara, en memoria de un proyectado viaje a las famosas cataratas que jamás llegaron a realizar juntos:  
¿Por qué no calma mi amargura extrema
tan grandioso espectáculo?...
El sol mismo,
ciñéndole del iris la diadema,
reviste magníficos cambiantes
el inmenso raudal que huye al abismo
derrumbándose en ondas de diamantes.
 
La prensa palmera, concretamente El Time, continúa informando acerca de los pasos de la escritora, ya viuda de Verdugo; el 25 de septiembre de 1864, en la sección «Noticias», notificando , Ha llegado a Madrid la señora doña Gertrudis Gómez de Avellaneda de Verdugo
Por expreso deseo de Tula, su cuerpo descansa en un panteón del cementerio de San Fernando de Sevilla, ciudad donde muere en 1871; también por su disposición, junto a ella, reposa su esposo Domingo Verdugo Massieu, para lo que la escritora dejó dispuesto el coste del traslado de sus restos mortales desde Cuba hasta la capital andaluza. 
CON EL PERDÓN DE LOS CERDOS

                                          A José A. Lago, poeta

A esa hora en que mi madre se partía de dolor
rodearon la casa y el barrio, todo el País
fue incendiado como se incendia la fiebre.
Me subieron a un camión como a tantos otros
desnudos de futuro. Ya no me llamé nunca más
por mi nombre ni nadie me llamó
sólo tenía un número largo como la carretera
donde íbamos, mejor dicho,
por donde nos llevaban: éramos cerdos
con un número por tatuaje
y una carretera oscura en plena noche.


jueves, 9 de marzo de 2017






BRINDIS POR EL AMIGO EN SU CUMPLEAÑOS
A Arlen Regueiro Mas
Amigo, cuántas veces has pasado este día
sin saber que es tu cumpleaños.
Ahí, donde te tienen, nadie conoce,
nadie respira, sólo tú respiras y conoces
la humedad, la fiel compañera
a quién le acaricias los pezones
mientras te envuelve y arrulla
clavando su huella,
como al campo trillado
por donde huíamos entonces
y te resistes a callar las verdades
que todos creemos,
aunque nades contra trigales ajenos.
No nos juzgues mal,
no traicionamos aquel juramento
ni ningún otro.
Solo somos cobardes
y por cobardes disfrutamos
de este sol en esta playa
donde todavía algunos recordamos
tu cumpleaños.

Del poemario Testigo de otro reino, 2017.NACE.
Juan Calero Rodríguez

domingo, 26 de febrero de 2017

ENTREVISTA QUE ME HACE JUAN CARLOS ROMERO MESTRE PARA LA REVISTA NEO CLUB PRESS.


Juan Calero Rodríguez es poeta y promotor cultural. Nació en Guanajay, Cuba y vive en La Palma, Canarias, España. Estudió Ingeniería Industrial, Delineación Mecánica y Delineación Arquitectónica. Ha publicado ocho libros en España y Estados Unidos (Texas y Miami) y aparece en más de una veintena de antologías en España, Estados Unidos, Argentina y Chile. Tiene varios reconocimientos literarios de distinta consideración en Cuba, Estados Unidos, España y Chile. Colabora en periódicos y revistas digitales. Tiene inéditos libros de poesía, investigación y cuentos para niños.
Calero tuvo la gentileza de concedernos la siguiente entrevista:
Juan Carlos Romero Mestre: ¿En qué momento decidió que quería escribir?
Juan Calero: Nunca lo he sabido, es un virus que nos entra por la piel, casi siempre en la infancia y que yo sepa no le han encontrado cura hasta el día de hoy. Solo por la anécdota que te voy a contar recuerdo que a los quince años tenía varias libretas de poemas, supongo que malísimos y por suerte desaparecieron. A esa edad estaba en décimo grado, se me acerca por los pasillos una profesora de literatura, que no era la mía, me pregunta si me gustaba escribir y que le enseñara lo que tuviera. Al cabo de los días me devuelve las libretas, sin el menor gesto de aprobación ni consuelo, afectando profundamente mi timidez. Lo que consiguió fue que no mostrara nunca más ningún escrito hasta pasado muchos años, después de presentarme en un acto de total atrevimiento al Premio “Luis Rogelio Nogueras”, de Ciudad de La Habana, obteniendo Mención y al Premio, esta vez nacional, Poesía de Amor de Varadero, de ese mismo año, también Mención. El primero lo tomé como una casualidad; dos casualidades me hicieron pensar y acercarme al taller literario de mi municipio y de ahí a dos Encuentros Provinciales de Talleres Literarios de La Habana, donde también obtuve mención, hasta mi salida de Cuba. Quizás por la timidez y aquella amarga experiencia con la profesora, no aparezca entre los jóvenes poetas de mi generación.
JCRM: ¿Dominas los recursos de estilo, las figuras literarias o escribes con estilo propio y sigues experimentando y aprendiendo?
JC: Cuando un escritor, pintor, etc., encuentra su estilo, se convierte en un buen escritor, pintor, etc. pero deja de ser artista. Un artista siempre está experimentando y aprendiendo, con sus altos y bajos, con sus errores y vueltas a comenzar.
JCRM: ¿Cuáles son sus géneros favoritos en la lectura, sus autores y quiénes le han influido más? ¿Sí pudiese ser un libro, cuál sería?
JC: A lo largo de mi vida he leído un poco de todo en literatura. Digo un poco porque nadie es capaz de leer ni el 1% de lo que se escribe, pero sí escoger aquellos géneros y autores que deseamos en cada momento, amén de los libros técnicos de estudios, que prácticamente son obligatorios y, por lo tanto, fueron odiados. Anecdóticamente, cómo aprovechaba el tiempo durante los viajes en guagua, de pie, todo apretado, estudiando cine, teatro y descubriendo nuevos poetas y narradores, cuando estudiaba Ingeniería en el curso nocturno en el ISPJAE, trabajando de día en el municipio Playa y viviendo en Guanajay, provincia Habana. Lo que menos leía era Termodinámica y esas cosas. Todo indica el pésimo ingeniero que soy. O sea, todo influye en nuestra cultura. Si me obligas a decir un autor, diría Kafka, por el trauma que me provocó a los doce años cuando “me lo comí”. Claro, no fue su culpa, sino mi iniciada adolescencia. Nunca me he puesto a decidir qué libro quiero ser, ni cuál llevarme a una isla desierta. Muchos de los libros leídos han representado lo máximo en su momento.
JCRM: ¿A qué se dedica cuando no escribe?
JC: Al llegar al exilio hay que trabajar para empezar de cero, crear una familia, un hogar, un nivel de vida… y más cuando hay que trabajar en lo que se encuentre. El germen de la escritura no muere, solo que es desplazado a una posición latente alimentada por la lectura. En mi caso, amo todas las expresiones artísticas, para ello fundé y presido una agrupación cultural, que además de formar parte del grupo de teatro, entre ensayos, actuaciones, ocuparme de la parte administrativa, etc., también he organizado recitales, presentaciones de libros, espectáculos poético-musicales, concursos literarios a nivel de Canarias, exposiciones de pintura, fotografía, escultura y cerámica. También organizo los Encuentros de Escritores “Félix Francisco Casanova”, de La Palma, donde el año pasado reunimos cincuenta autores canarios.
JCRM: ¿Qué libros han cambiado tu vida?
JC: El libro no nos cambia la vida, somos nosotros los que moldeamos nuestro barro con lo que leemos. Tanto el buen cine, el de autor, como la literatura, son las espátulas utilizadas.
JCRM: ¿Regala libros en alguna ocasión?
JC: Un libro es el mejor de los regalos, según el destinatario. Me encanta regalar ejemplares de libros míos, no así que me regalen a mí, generalmente no dan con mi gusto y veo en ese gesto una forma de salir del momento.
JCRM: ¿Cuál es su método de escritura, anota lo que se le ocurre?
JC: Métodos de escritura hay muchos y todos son válidos. Lo importante es la lectura y el estudio.
JCRM:¿Cómo le ha cambiado el mundo de la tecnología y el e-book?
JC: Hay que ser positivo, todo tiene dos caras como la moneda. Internet me ha permitido darme a conocer desde una isla pequeña y conocer la obra de buenos autores contemporáneos en otros rincones del mundo, que de otra manera estuviera limitado a pequeñas bibliotecas. El e-book fue publicidad y tinta de periodistas, es muy frío y una buena lectura se disfruta más al calor del papel.
JCRM: ¿Qué significado tiene para ti la ciudad donde has vivido la mayor parte del exilio?
JC: Pertenezco a una familia de emigrantes. La vida se divide en etapas, como lo fue la infancia, la juventud, la secundaria…, donde lo aprendido en cada una lo llevamos en la médula, pero no por ello afecta la etapa actual de nuestra vida. Mi etapa cubana fue una y mi etapa canaria es otra. Aquí he desarrollado la vida literaria y artística que sólo comenzó en Cuba, he obtenido premios internacionales, nacionales y regionales. Desde aquí he publicado mis libros en España y Estados Unidos y me han reconocido en varios países incluyéndome en más de una veintena de antologías y compartidos. Más que vivir en una ciudad vivo en una isla muy pequeñita que es todo un Universo, de donde partió mi padre para Cuba cuando era muy joven. Toda Canarias pertenece más a Cuba que a la España peninsular, donde guagua es guagua y donde la papa es papa. Por lo que no he notado diferencias de idiosincrasia. Posiblemente “mi isla”, La Palma, es la más cubana de todas por la cadencia del acento y hasta la música que se produce aquí, habaneras, boleros y sones; los comercios tienen nombres cubanos; tenemos un malecón, no tan grande ni vistoso como el de La Habana pero es nuestro malecón.
JCRM: ¿Qué objetivo persiguen sus libros?
JC: Tienen un marcado acento cubano y canario, o sea, un mismo acento. Con solo echar un vistazo a los títulos de mis libros queda dicho: “Palabras del balsero”, “Poetas cubanos en Canarias”, “Autores en La Palma”, “Debajo de los portales del Niágara”, “Testigo de otro reino”, “Llanito, el palmero”, “Los puentes del Capellanías”, “Pasajero sin oficio”, “Puentes que dejamos al pasar”… Los portales del Niágara y los puentes del Capellanías son sitios emblemáticos de mi pueblo.
JCRM: ¿Hay algún género más eficaz para trascribir la realidad cubana? ¿Has tenido que esquivar la censura en tus escritos?
JC: Sin dudas, la novela y el testimonio son las más eficaces, pero lo he logrado con la poesía. Compañeros escritores me dicen que deje el tema de Cuba, y aunque lo intento me sale como espuma sin tutear la política, que no me interesa, por ello desconozco la censura en mis textos.
JCRM: ¿Qué escritores o poetas cubanos te han influenciado más?
JC: No quisiera responder con nombres de esa lista interminable, prefiero mencionar las generaciones de poetas y narradores que habitamos la isla durante la segunda mitad del siglo pasado y el posterior exilio.
JCRM: ¿En qué proyecto se encuentra sumergido en estos momentos?
JC: Para desarrollar mi vena periodística estoy terminando la recopilación de toda la obra de un poeta y periodista palmero que escribió muchísimo, pero todo quedó disperso en periódicos de la época, sin haber sido recogido en ningún libro. La organización del Encuentro de Escritores “Félix Francisco Casanova” de este año. Tengo dos libros en edición para su posterior publicidad, presentaciones, etc., cosa que detesto enormemente. Cuando tengo en mis manos el nuevo libro, lo acaricio, reviso y pierdo todo el interés por él. Por eso la etapa de publicidad, organizar presentaciones y ventas, quisiera no vivirla. Como proyectos, aprenderme personajes para el teatro y, como amo el cine, estoy en los preparativos como realizador de un par de guiones que resultaría muy interesante poder culminar.
JCRM: ¿Se escribe por placer o también por dinero y reconocimiento?
JC: Hay quienes escriben por un sueldo y otros ambicionan la fama a toda costa. Yo escribo por placer, como vicio. Creo que si me viera comprometido con una editorial entregando bajo contrato una cantidad de títulos en un tiempo determinado, perdería el romanticismo de escribir.
CERROJOS
A Antonio Arroyo Silva, poeta
A la primera libertad, mitad pájaro y mitad liebre
le quitamos hasta la sed.
No es lo mismo luz que hilillo en su credo
ni entrar llaves de azafrán en cerrojos encendidos

.
Un milagro se precia enigma o cómplice
cuando gritan sus raíces.
Más, nadie tiene toda la vida con sus orígenes
ni este silencio en medio del quejido
por el vaivén de los siglos.
Del poemario Testigo de otro reino, 2017.