viernes, 17 de marzo de 2017

PROHIBIMOS LLORAR PORQUE HAY BUEN TIEMPO ESTE MEDIODÍA

Es muy cómodo decirlo con la ansiedad que se trae del otro lado de la luna.
Todo esto es triste porque las manos temen al silencio
ahora que el milagro parece lanzarse
y nadie aguarda para contar esta fábula.

Yo, hermano de ustedes,
he vuelto por los signos
y descubro un mundo olvidado de ser mundo.
Recuerdo que el primer día me asomé
al hombre que tendía su mano
tuvo suspiros de aeronauta
y fue su paracaídas eco de sirenas.
El segundo hubo un poco de calma,
luego encontré un pájaro desconocido.
Es la fiebre de la desesperanza,
no más que el tiempo de mis años.
Mi padre tenía cabellos con olor a puerto
dejó tantas historias por contar
que casi se vuelve loco.
Mi madre pastaba el rocío a falta de condimentos
organizando sus cosas por los puntos cardinales.
Así crucé la adolescencia,
Entre colecciones de estrellas para no quedarme ciego
y hoy donde desclavo alguna
encuentro campanarios vacíos.
Cuántas veces me pregunto si esto no es nostalgia
el pueblo, sus calles
el amor siempre armando una catástrofe,
un verso que se exprime hasta el alma
Y la lluvia tenaz,
hecha un sermón
desangrándose por los cristales rotos.
Una verdad inventa razones nuevas.
Esta historia tiene más de mil años,
sus palabras las guarda un mundo que no ha llegado nunca.
Allá el cuartucho de los herreros
una verja llena de gritos
el reloj flagelándose a cada hora
y Gabriela,
una muchacha de provincia
cómplice del último aguacero.
Pensar que le devoré un pedazo de vida
con las verdades en la palma de la mano.
Misterio. Vertical goce de pájaros breves.
Ya los veleros agitan sus pañuelos.
No es que huya
si no la danza del pez.
Quizá nunca encuentre otra estrella.
La felicidad puede tener un par de alas azules
y hay que dejarle todo o se vuelve hastío.
Dime destino, qué es huir
sin renunciar al más íntimo secreto
si soy insomnio
temo despertar y enfrentarme
a ese correr de caballos por el pecho.
Es como si revoloteara la luz
que se quiebra en este después y no otro
porque para un corazón aferrado
no basta una máscara
ni dos razones,
sólo la distancia
separándonos
como si no sucediese nada.

DEL POEMARIO "PALABRAS DEL BALSERO", 2007
PADRENUESTRO EN EL EXILIO

Patria nuestra que estás tan lejos
martirizada
no solo en ese rincón del mapa
donde un soplo huracanado te borre
manoseada por tantos sin escrúpulos,
sino lejos de la borrasca del recuerdo.

La historia se narra con crímenes
de guerras y prevaricaciones
por los hijos malparidos,
venganza entre hermanos
y vecinos en tu nombre.
Tantos muertos.

Los que por voluntad nos dispersamos de tu reino
nunca olvidaremos las venas de tus calles.
Nos pusiste nuestro pan bajo el brazo
y salimos a sembrar nuevas tierras.
Las olas generacionales huyen de ti
y como aves en invierno, volveremos a tus costas
con otros rostros y otras huellas,
no lo dudes, volveremos.

Perdona el precio de la felicidad
como nosotros perdonamos
quienes nos ultrajaron
y quemaron nuestro sueño.
Aquí tejemos el mestizaje entre pueblos
en una sola bandera y como voz un único himno.
Agua materna, no somos hijos mal avenidos
y perdónanos por siempre. Amén.

Del poemario "Los puentes que dejamos al pasar"
EXILIOS

                     En el 75 aniversario de la muerte de Antonio Machado

Tu exilio no es solo tuyo, es el dolor
de todos los amantes de la poesía.
Poesía bebida en ese arcoíris
donde frenéticamente nos dejas marcado.
Lejos de encinares y limoneros te fuiste
camino adelante, haciendo camino.
El exilio nunca ha sido voluntario.
Lo sabemos. Por eso marchamos
en busca de una luz que nos cobije.
Más allá de ideologías siempre estará el poeta.
Hablemos, pues, por los otros,
por aquellos
que desconocen las palabras necesarias,
la palabra precisa
y quedan, apenas, balbuceando.


Del poemario "Los puentes que dejamos al pasar"
LA BALADA DEL ESTRECHO

No hay que estar demente para tirar los hijos al mar.
Esas alas de criatura, pobrecitos,
barcos que van y vuelven y van
y extravían en círculos la espera
sin saberse libres de cautividad.
Nadie comprende el sacrificio de vivir
con las trampas intactas
y levantarse donde los pinos
inventan su mito y la música vieja.
De amigos que se ocultan y se privan
y alguna vez recuerdan
dónde removimos luces sedientas.
Historias de antes, de siempre
de pequeños, de toda una vida.
Ahora que ya no quedan refugios,
ni insectos jugando a las escondidas.
Levanto la mano derecha sin pedir la palabra
para romper el dolor del hombre y hacerlo mío.
Tal vez haya algo, pero nunca sabremos
cómo será el fin del eterno cielo
sobre un pueblo, gramo de simiente,
ripio cansado de esperar.
Somos el sonido de las aguas acumuladas
donde entona una balada a lo lejos
las maneras de estrechar otros cuerpos.
Y ofrendamos nombres a los náufragos cotidianos
tan frágiles para que suenen sobre todas las cosas
perdidos entre los pasos de nuestro tiempo
sin el ángel de la tregua.
El límite atemoriza por este estrecho interminable
y enloquece algo la historia
hasta el fin de los exilios.


Antología El balsero. Editorial Entre líneas. USA.
DESARRAIGO

Cada vez que me acerco al sur, los sábados
me saben tan vacíos sin tus pies
desnudos por todo el bosque de mi pecho.
Sin tu pelo de peces entre mis manos
de corales tibios, mediodías
y pequeñas naturalezas muertas.
Si pudiera apagar el sol
y que todo se vuelva como antes.
Mira con mis brazos
hasta puedo atrapar la vida.
He sido dueño del océano.
He calmado la sed desde lo profundo de un acantilado
y me detengo en medio de unas ganas locas
porque la vida me estalla como la risa de un niño.
Será bueno detener los recuerdos.
Familias enteras columpiándose.
Calles desiertas sin arrepentirse
O los cuentos extendidos por la playa.
Los lirios de la abuela.
De un amigo.
De allá.


Del poemario Palabras del balsero, 2007.
NOTICIA PRIMERA

¡Charlot, si le dieras un zapatazo al mundo...!
Si de repente alzara vuelo la noche desde el estómago del mar
pero continúa hipnotizado aquí en mis pulmones
donde vienen a beber los pájaros.
O si de repente alzara vuelo el mar desde mis pulmones
como una paloma más
y la noche se ahuyentara dejándome sin nada.
O si fuera esa peregrinación de banderas desatadas
hasta la altura de un cañonazo que se encoge de hombros
hablara ecos
alimentara el clima de recuerdos
rezara el orgullo de cien naufragios
y me visitara la Virgen María.
Si el mundo como todo el mundo fuera mundo
y no esa pompa que cambia de dueño..
.
Del poemario PALABRAS DEL BALSERO, 2007
LAS CALLES DEL PUEBLO

Todas las calles de mi pueblo
tienen ese raro contraste
entre una cara feliz
y una espalda muy triste.
Una tristeza amarga, profunda
con todas las cuchilladas
que le hemos dado
cada uno
cuando la abandonamos.


DEL POEMARIO "LOS PUENTES QUE DEJAMOS AL PASAR"