domingo, 4 de marzo de 2012

sábado, 3 de marzo de 2012

DESARRAIGO

Cada vez que me acerco al sur, los sábados
me saben tan vacíos sin tus pies
desnudos por todo el bosque de mi pecho.
Sin tu pelo de peces entre mis manos
de corales tibios, mediodías
y pequeñas naturalezas muertas.
Si pudiera apagar el sol
y que todo se vuelva como antes.
Mira con mis brazos
hasta puedo atrapar la vida.
He sido dueño del océano.
He calmado la sed desde lo profundo de un acantilado
y me detengo en medio de unas ganas locas
porque la vida me estalla como la risa de un niño.
Será bueno detener los recuerdos.
Familias enteras columpiándose.
Calles desiertas sin arrepentirse
o los cuentos extendidos por la playa.
Los lirios de la abuela.
De un amigo.
De allá.