sábado, 5 de mayo de 2012




¿ME   ESCUCHAS, MAMÁ?

De su libro” Pasajero sin Oficio”

Juan Calero Rodríguez

¿Me escuchas, mamá?   Quiero conversar contigo,
hablarte de mil cosas   como cuando era niño.
Sé que desde allá, del cielo, bajas como un ángel que me cuida.

Llevo presente tu voz, recuerdo bien tus palabras,
repetías constantemente
¡Pórtate bien! ¡Mira con quién te juntas! ¡Mucho cuidado!
Que Dios te acompañe.
Yo no hacía ni caso. Y terminabas con…
¡Estás acabando con mi vida!

Cuando volvía de la escuela, me recibían tus brazos. Tu único descanso.
Siempre trabajaste durísimo. ¡Eras una mujer tan activa!
almidonabas… hasta los pañuelos.
Como solías decir: “Los cochinos no se me mueren en la barriga”.
Economizabas hasta los gestos, bien lo aprendí.
Así se te pasaron los años.

Madre, si supieras cuánto te extraño.
Nunca olvidaré aquella última noche en la habitación 104
del Hospital General, donde nos llevan a todos.

O aquel poema que escribiste, poco antes, tu único poema
para seguir unida, de alguna manera, con papá.
Cómo pasa el tiempo y su ausencia me sigue lastimando.
Has sido más fuerte que yo.

Siempre celebré tu decisión de comenzar una nueva vida.
Gracias por esos inolvidables años.
Hasta el cielo.

domingo, 4 de marzo de 2012

sábado, 3 de marzo de 2012

DESARRAIGO

Cada vez que me acerco al sur, los sábados
me saben tan vacíos sin tus pies
desnudos por todo el bosque de mi pecho.
Sin tu pelo de peces entre mis manos
de corales tibios, mediodías
y pequeñas naturalezas muertas.
Si pudiera apagar el sol
y que todo se vuelva como antes.
Mira con mis brazos
hasta puedo atrapar la vida.
He sido dueño del océano.
He calmado la sed desde lo profundo de un acantilado
y me detengo en medio de unas ganas locas
porque la vida me estalla como la risa de un niño.
Será bueno detener los recuerdos.
Familias enteras columpiándose.
Calles desiertas sin arrepentirse
o los cuentos extendidos por la playa.
Los lirios de la abuela.
De un amigo.
De allá.