jueves, 7 de marzo de 2013

Mañanero


MAÑANERO

 

 

 

En amor, uno y uno son uno.

Jean Paul Sartre.

 

 

Despertar con tu piel es un paseo por los campos de mi país,

dulzura de maíz tierno tejido entre guayabos perfumados.

 

 La humedad de tu ciénaga evoca los exordios mejor guardados.

Me sumerjo y absorbo toda la frescura de la mañana que penetra

entre los balaustres de la ventana.

Envueltas con el ir y venir de locos retozos al viento

profundas ráfagas desvelan versos saltos de agua  

colores entre lo que doy y lo que queda

de aquella savia joven en busca de aventuras.

 

Los rizos de la piel toda enajenada por el huracán de mis labios

luce su cadencia de carnaval mestizo por el malecón habanero.

Amalgama de cuerpos febriles, sed de tentaciones.

Sudor y ritmo de conga callejera. Ritmo y sudor contagioso.

Lujuria voraz. Abismos. Espiral de frenesí.

Explosión de fuegos de artificio sobre El Morro

erguido en la boca estrecha de la bahía.

 

Apagar esta hoguera imagina todo un pecado mortal,

la negación del delirio coqueteando al infierno.

Exhaustos, apenas ya, se resiste la coda

a la miel sobre los cuerpos, un mismo todo.

Somos los que anidamos ecos tras el silencio

sin nada más para volver sobre las cenizas del fuego

sedientos al sol por los campos de mi país.

 

 

 

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